Durante una larga etapa de la historia del chocolate, la corona española mantiene el monopolio del cacao pero el contrabando se generaliza y el chocolate caliente se distribuye por el mundo.
Aparece así la bebida dulce de chocolate caliente que haría furor en las cortes europeas cuando una princesa española lo lleva a Versalles y el emperador lo populariza en Viena.
El secreto de la elaboración de chocolate a la taza, guardado por los monjes españoles durante años, se difunde y se mantiene como bebida social hasta nuestros días.
Las propiedades medicinales del chocolate fueron apreciadas en la Europa de los siglos XVI a XIX llegando a tomarse remedio digestivo y estimulante. Era un alimento y un agasajo imprescindible para las clases favorecidas y el clero.
De Moctezuma a Casanova, las propiedades vigorizantes del chocolate recorrieron el mundo creciendo así su mito. Era un alimento solo para adultos.
En el siglo XVIII el chocolate aparece en Italia, donde se usaba desde muy temprano por la influencia de los viajeros y exploradores italianos a América, unido a la cocina y especialmente a los postres.