Una buena mousse de chocolate es increíblemente versátil. La puedes servir como postre por si sola o la puedes utilizar para decorar o mejorar muchos de tus dulces. ¡Es un postre delicioso para servir en verano bien fresquito!
- 250 gr de Chocolate negro
- 100 gr de Mantquilla
- 4 Huevos
- 100 gr de Azúcar
- 200 ml de Nata líquida para montar
- Fundir el chocolate y la mantequilla lentamente al baño maría. Una vez fundido, airearlo para que baje la temperatura.
- Por otro lado, montar la nata hasta que quede bien firme y dejar reposar en la nevera.
- Separar las claras de las yemas y añadir las yemas a la mezcla de chocolate y mantequilla cuando esta esté fría.
- Montar las claras, empezando a velocidad baja y luego más rápido. Una vez estén casi montadas, añadir el azúcar poco a poco y batir hasta que estén firmes como si se estuviera haciendo un merengue.
- Incorporar las claras a la mezcla de chocolate y yemas lentamente usando movimientos envolventes. Añadirlas poco a poco, no todas a la vez, para evitar que las claras bajen.
- Una vez se hayan incorporado todas las claras, repetir este proceso con la nata montada. Colocar un poco de la nata montada en el bol donde vayamos a mezclar la mousse, integrar con el resto de la mezcla. Seguir incorporando la nata hasta que quede una mezcla homogénea. Utilizando una espátula de silicona y movimientos envolventes se tardará alrededor de 5 minutos.
- Colocar la mousse en los recipientes en los que se desee servir o guardar en la nevera si se quiere utilizar para otro postre. La mezcla no debe ser líquida ni debe fluir. Cuanto más se traspase la mousse de un recipiente a otro, más volumen perderá.
Puedes decorar la mousse con unas de tus galletas favoritas, con nata montada, virutas de chocolate o frutas como fresas o frutos rojos. La versatilidad de la mousse de chocolate te da la libertad de decorarla con lo que cada uno quiera. Combina genial con frutas, cremas, virutas y muchísimas otras cosas. ¡Se creativo!
La inspiración de esta receta viene de Directo Al Paladar