Chocolate para beber: no solo a la taza.
Es nuestro mejor reconstituyente en invierno pero,…¿Por qué no tomar chocolate en verano?
El chocolate a la taza es, sobre todo en Europa, una institución.
Esta bebida fue el origen del conocimiento del cacao por los exploradores europeos que lo conocieron en Mesoamérica en el S.XVI. Los pobladores de estas zonas lo tomaban como bebida energizante y estimulante solo consumida por las élites y usada también en rituales religiosos.
Se tostaban y molían los granos de cacao y se mezclaban con agua, chile, clavo, canela,… consiguiendo una bebida que se batía para formar espuma y se degustaba así.
Al pasar a Europa, la bebida pierde los componentes picantes y gana azúcar para hacerla dulce. Se toma espumosa pero caliente y se puede hacer con agua o enriquecer con leche, crema de leche,… según el país donde se adopta.
Hoy, un buen chocolate a la taza, puede comprase semipreparado para disolver en leche, o puede hacerse desde el polvo de cacao y añadiendo todos los componentes.
Pero lo que te proponemos es que reinventes el chocolate a la taza. Haz una de las recetas, la que prefieras y tómala de otro modo, te proponemos algunas combinaciones pero seguro que tú creas tu propia versión.
• Caliente: sobre una base de chocolate a la taza,
Suizo: con doble nata por encima
Caféchoc: con café expreso
Tocado: con un toque de Baileys o tu licor preferido
Valencia: con trocitos de naranja confitada
Bombón: en una copa rellena de leche condensada en la base
• Frio: sobre una base de chocolate a la taza muy frio,
Limónchoc: con una bola de helado de limón
Suizo de verano: con una bola de helado de nata
Frappé: con mucho hielo picado
Gelatina: disuelto en gelatina neutra y enfriado
Berry: con trocitos de frutas rojas muy frios
Martini: con un chorrito de Martini Bianco muy frio e incluso con hielo
A la menta: mezclado con un infusión concentrada y fría de menta (o cualquier infusión de tu gusto)